El 22 de abril no es cualquier día, desde 1970 se convirtió en el Día de la Tierra. Hoy seguimos peleando para concientizar a la comunidad mundial sobre como mantener vivo nuestro planeta.
Hoy es el Día de la Tierra. Estoy segura de que nuestras redes sociales estarán llenas de mensajes e imágenes con los hashtags #EarthDay, #CuidemoslaTiearra o #LiveGreen. Nos toparemos con pensamientos que nos inviten a vivir de una manera más ecológica. Pero creo que el significado de este día es más que subir la foto perfecta con las palabras correctas, es importante que empecemos a concientizarnos para realmente empezar el cambio.

Esta semana empecé un viaje para informarme y así saber como auto mejorarme. Conocer cuales de mis hábitos diarios están en contradicción con ser una persona social y ecológicamente responsable. Investigué qué podemos hacer para marcar la diferencia en esta lucha por salvar el planeta, sin importar quiénes seamos, cuántos años tengamos, de dónde venimos o cuánto dinero tengamos.
Conocer de donde venimos para saber a donde vamos
Para entender y poder cambiar nuestro futuro, primero necesitamos conocer el pasado. Por eso me gustaría contarles un poco del primer Día de la Tierra. Los años 60 vieron un boom en los avances tecnológicos; fue la época de la Carrera Espacial, el mundo se lleno de furor por los Beatles, pero también fue la década con más automóviles. Fueron años en los que las industrias producían una gran cantidad de bióxido de carbono sin ninguna represalia y sin temor a alguna consecuencia legal o pública. Y las preocupaciones ambientales eran nulas.
En enero de 1969 un trágico evento ocurrió, un barco petrolero tuvo un derrame en la costa de Santa Bárbara, California. Los impactantes efectos que tuvo motivaron al Senador estadounidense Gaylord Nelson a buscar la manera de abrir los ojos de sus compatriotas sobre los efectos de los actos del hombre sobre el medio ambiente.

Junto con el congresista Pete McCloskey y el activista Denis Hayes decidieron organizar diferentes conferencias en diversas ciudades estadounidenses sobre los efectos eco ambientales del ser humano en la Tierra, que se llevarían a cabo simultáneamente el 22 de abril de 1970. El evento rápidamente gano popularidad y fue bautizado como el Día de la Tierra, en el cual participaron 20 millones de personas y plantaron la semilla del cambio. Y bueno el resto es historia.
El futuro es incierto, pero puede ser grandioso
En la actualidad el Día de la Tierra se celebra a lo largo de todo el mundo en más de 193 países. Su principal objetivo es educar a los más de 1 billones de participantes de que se puede hacer para disminuir el impacto ambiental. Y creo que esa es la clave detrás de la solución, la educación y la información. Una vez informados es necesario que transformemos esas ideologías en hechos.
Sé que muchos de nosotros tratamos de tener comportamientos más ecológicos. Los gobiernos han empezado a pasar leyes que prohíben el uso de bolsas de plástico y desechables o que sea norma separar la basura en orgánica e inorgánica. Hemos dejado de usar productos como popotes, aumentamos la cultura de llevar termos para transportar nuestro latte o té chai y muchos tratamos de disminuir el uso de carros y optamos por transportes más ecológicos como la bicicleta. La tecnología nos ha dado autos eléctricos y la naturaleza energías renovables. Todo esto nos ofrece una alternativa y un camino hacia un futuro mejor.

Pero a nosotros nos toca aprender que es necesario realmente cambiar nuestro estilo de vida. No es suficiente que usemos nuestro termo mientras caminamos al trabajo. A nivel global las emisiones de CO2 han alcanzado niveles nunca vistos. Si queremos realmente disminuir el cambio climático y sus efectos las emisiones deben de bajar en un 45% en menos de 9 años. El problema esta claro y conocemos la solución, ahora solo nos queda actuar. Pero ¿cómo? ¿qué debemos de hacer para salvar la Tierra?
Pequeñas obras en conjunto hacen la diferencia
No se me ocurren mejores palabras para describir la solución a este problema que la moraleja de Esopo: “En la unidad esta la fuerza”. Esta frase la interpreto de la siguiente manera; si hacemos más de una acción en nuestros hábitos diarios a la larga el efecto será mayor y con un gran impacto.

Con esto quiero decir que debemos de no solo elegir usar un termo para cargar nuestra agua en vez de una botella. Por que a pesar de que es algo positivo este cambio crea un sentimiento inexacto de que es suficiente cuando no lo es. Debemos de realmente introducir esta ideología en todos los aspectos de nuestra existencia y hacer cambios pequeños pero significativos.
Aquí algunas de las cosas que podemos incluir de manera gradual en nuestro día, que a largo plazo tendrán un efecto positivo tanto en nuestras vidas como en el planeta.
- Comprar menos: Como ya lo dije anteriormente, dejar de consumir Fast Fashion. No compremos ropa que es desechable después de dos puestas. Compra piezas de calidad, de diseñadores locales, de segunda mano o vintage.
- Un día sin carne: Esta pequeña acción no solo mejorará tu cuerpo y te servirá como un détox. Además de estos beneficios, reducir la carne en nuestra dieta disminuirá el desperdicio de agua, para producir 1 kilo de carne se necesitan 15,000 litros.
- No más plástico: Adiós a las bolsas, desechables, popotes, cepillos de dientes y botellas. Busca otra opción, lleva tuppers al supermercado para tus embutidos, bolsas de tela para las verduras y compra cepillos de dientes hechos de bambú.
- Sin empaque: Hay muchas opciones para no comprar productos de aseo personal con envases de plástico. Por ejemplo, en vez de un champú cambia por un jabón para el pelo en barra o busca cosméticos de marcas que sean zero-waste.
- Conocimiento es poder: Es importante que nos informemos, conozcamos del tema. Las nuevas generaciones son clave, si queremos que no repitan nuestros errores debemos de enseñarles desde ahora.

Si empezamos a implementar estos pequeños pasos de poco a poco veremos los resultados positivos. Piensa en una playa. Un grano de arena no parece mucho, pero muchos sí. Juntos, las posibilidades son infinitas.
Recuerden que debemos de exigir el cambio. Nosotros como consumidores y votantes podemos demandar a nuestros lideres y empresas que empiecen a realmente tomar cartas en el asunto. Es momento de que como sociedad nos unamos y trabajemos por dejar un futuro a las siguientes generaciones.
Finalmente quiero cerrar con una frase que leí de Gaylord Nelson “¿Somos capaces? Sí. ¿Estamos dispuestos? Esa es la pregunta sin respuesta”. No hay mejores palabras para motivarnos en este el Día de la Tierra para iniciar el cambio.
XO
Sira