Las Olimpiadas son uno de los eventos deportivos más importantes, millones de personas lo ven, miles de personas asisten y atletas de todo el mundo quieren participar.
Estas semanas hemos estado todos pendientes de los resultados de los Juegos Olímpicos, sintonizamos las competencias que más nos gustan, vemos a nuestros compatriotas hacer su mejor esfuerzo y deseamos que logren conseguir un lugar en el podio. Esta emoción y fiebre olímpica que todos sentimos es algo extraordinario, pues no solo la siento yo, la comparte nuestra familia, amigos, vecinos, compañeros de trabajo y mucha gente que no conocemos. Las Olimpiadas son un evento que logra que por dos semanas se une la gente del mundo en un solo objetivo.

Y es ahí donde encontramos el verdadero objetivo de los Juegos Olímpicos, reunir a la gente no a competir sino a celebrar y formar lazos de amistad con personas de cualquier rincón del mundo. Atletas de cualquier nacionalidad conviven brazo a brazo, fanáticos de América se emocionan en las gradas a lado de turistas de Oceanía y en un momento único 206 países se unen en un espíritu de fraternidad, competencia y deportividad únicos. Desde los primeros Juegos Olímpicos modernos en 1896, en el que solo 14 países participaron, cambió el rumbo de la historia. Este evento nos demuestra que es posible que todos convivamos en armonía y podamos competir de manera sana y sin rencores.

Algo que creo es importante y se debe de mencionar es que el objetivo de competir en las Olimpiadas no recae en el número de medallas ganadas, no me malentiendan ganar el preciado oro es algo importante pero lo más importante es participar. Pierre de Coubertin, padre de las Olimpiadas modernas, dijo “Lo más importante en los Juegos Olímpicos no es ganar, sino participar”, y debemos de tomar estas palabras como base en cómo midamos el desempeño y los logros de nuestros atletas. El esfuerzo que cada atleta hace para conseguir un lugar en los Juegos Olímpicos requiere de entrenamiento de meses, una alimentación sana y tener un estilo de vida riguroso, además de participar en otras competencias. Así que el hecho de llegar a participar en los juegos es ya un gran logro que debemos de festejar.

Es desde este punto de vista que debemos de mirar los Juegos Olímpicos, sí está bien desear que la delegación de nuestro país se haga de una medalla, pero no define el éxito de nuestros atletas durante las competencias. Debemos de saber aceptar que las Olimpiadas van más allá de ganar, lo que importa es participar en algo que es más grande que un individuo y una nación. Así que en los próximos días no debemos de sentirnos enojados o desanimados de que nuestro país no llegue a una cuota de victorias, el simple hecho de tener compatriotas en la competencia habla maravillas de la tenacidad, esfuerzo y fortaleza que tenemos como pueblo.

Además de esto creo que es importante que recordemos que las Olimpiadas tienen como objetivo reunir a gente de diferentes partes del mundo en un solo lugar. Es un evento deportivo sí, pero también cultural, ya que nos permite conocer lugares que a lo mejor anteriormente no habríamos vuelto a ver. Derriba las fronteras y expande nuestros universos culturales. No me refiero solo a la gente que tiene la oportunidad de viajar al país sede, sino también aquellos que estamos al pendiente de las noticias y programas que cubren los Juegos Olímpicos. Previamente y durante las competencias vemos un sinfín de notas, coberturas y programas que hablan de la cultura del país, a algunos de nosotros nos genera una necesidad de aprender más e investigar. Las Olimpiadas nos obligan a ampliar nuestro conocimiento.

Regresando un poco al presente, desafortunadamente en esta ocasión los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 (2021) se han vivido un poco diferente. En esta ocasión no hemos visto un sinfín de turistas y fanáticos viajar al país sede, las competencias no cuentan con público y el furor que se vive a lo mejor no es el mismo que el de hace 5 años. Pero es importante que recordemos el verdadero objetivo de los Juegos Olímpicos, unir a la gente sin importar de donde vengamos. Esto es clave en momentos como los que estamos viviendo, pues hoy cuando aún seguimos distanciados y separados, cuando nos enfrentamos a una nueva etapa de confinamiento en algunos países y nuevas normalidades en otros lugares, el estar juntos y apoyarnos mutuamente es muy importante.

El sentir que pertenecemos y nos identificamos, que no estamos solos es muy poderoso. Y ese mismo sentimiento es lo que está detrás de los Juegos Olímpicos. Cuando uno está en algún evento de los juegos, o lo estamos viendo acompañado de alguien, no importa quien seas en ese momento todos estamos celebrando lo mismo.
Esta vez a lo mejor no habremos disfrutado al máximo los Juegos Olímpicos, pero no debemos dejar pasar por alto el espíritu de las Olimpiadas. Esa flama de hermandad, celebración y felicidad debe de seguir encendida en cada uno de nosotros.
XO
Sira