Nuevos códigos de seducción fueron presentados con la colección de Sportmax para la próxima temporada. Chaquetas con hombros esculpidos, aberturas infinitas y escotes de vértigo fueron los principales protagonistas que se encargaron de seducir a todos los asistentes al desfile.
Una presentación provocadora que marca las claves del nuevo power dressing.
Hace unas horas finalizó en Milán el desfile de la nueva colección Otoño-Invierno de Sportmax. Esta temporada, Grazia Malagoli optó por colores vivos y siluetas estrictas que, entrelazadas entre sí, crean imágenes contrastantes e increíblemente hermosas. La colección es un manifiesto de empoderamiento, la deconstrucción de la femme fatale y la definición de nuevos sex symbols. De esta manera, la colección exploró las tres décadas doradas del power dressing: los años 40 con la chaqueta tipo reloj de arena, los 80 con hombros exagerados combinados con faldas lápiz, y los 90 con su estética androginia y minimalista.
En particular, la colección incluyó abrigos con hombros marcados y estructurados, que crean una forma de triángulo debido al estrechamiento en la cintura, camisas entalladas, faldas lápiz, trajes masculinos, vestidos con cortes angulares, pantalones ultra cortos y monos asimétricos; todo en una paleta básica y serena. Los looks se complementaron con guantes de neón que cubrían sólo los dedos,así como con pulseras metálicas que agregan aún más glamour.



Looks delineados por materiales superelásticos que se adhieren como una segunda piel al mismo tiempo que definen nuevas zonas erógenas. El desfile me recordó al trabajo del fotógrafo Guy Bourdin, con altas cargas de erotismo destinadas a inspirar sorprendentes escotes, aberturas bien pensadas y enfatizando la cintura sobre cualquier otra parte de la anatomía. Dentro de las prendas se encontraban estructuras ocultas, incluyendo reinterpretaciones de corpiños y rellenos, con la finalidad de realzar la silueta femenina.
La paleta de colores contó con mucho negro, azul marino, cafés y tonos nude, que se vieron contrastadps con destellos de fucsia, rojo y acentos fluorescentes. Los materiales empleados iban desde los típicos tejidos de sastrería hasta el cuero y strass luminiscentes. Entre mis looks favoritos, destacan una falda lápiz combinada con una camisa de corte militar con corbata que se mostraba como un uniforme con tintes fetiche. Otro fue un conjunto de pantalón con saco de hombreras pronunciadas que se veía masculinamente sexy. Por último, un vestido ceñido con mangas asimétricas en tono lavanda totalmente bordado con lentejuelas y abertura infinita por la pierna. Los looks se complementaban con joyería de referencias tribales y zapatos con tacón hiperfino. Una colección que nos da ganas de usarla y de seducir con ella.
XO
Sira