Un tema sensible que genera dos vertientes de opiniones inmovibles. La apropiación cultural ha puesto en tela de juicio la creatividad de los diseñadores.

Desde hace unas semanas he estado pensando mucho en el tema de apropiación cultural. Esto por dos razones. Primero por el más reciente lanzamiento del tequila 818 de Kendall Jenner y su campaña publicitaria. Segundo nuestras clases de historia de la Alta Costura, en donde aprendimos sobre como Saint Laurent se inspiró en las culturas de Asia para crear algunas de sus colecciones más importantes y exitosas.

El problema de apropiación cultural siempre ha existido, pero en recientes años se ha visto un incremento que muchos adjudican a una hipersensibilización del espectador. Anteriormente resultaba difícil hacer este tipo de conexiones, pero hoy con una simple búsqueda en Google todo es posible.

En sus primeras colecciones Yves Saint Laurent buscó inspiración en India y China, como olvidar su infame perfume Opium. Hoy vemos a diseñadores como Alessandro Michele en Gucci presentar en su colección de Fall 2018 turbantes inspirados en el sijismo, o la chaqueta inspirada en los diseños de Dapper Dan de Cruise 2018. También recordamos las pasarelas de Valentino con trenzas africanas en septiembre del 2015 o modelos en Marc Jacobs llevando rastas para Spring 17.

¿Apropiación cultural o inspiración?

Pareciera que la apropiación cultural es una acción que está cimentada en lo más profundo del ADN de la industria de la moda. Muchos dirán que no es apropiación cultural sino un homenaje y enaltecimiento de estas culturas. Que es imposible no inspirarse en otros al crear, que es algo inherente del proceso creativo de cualquier diseñador. 

Esta corriente de pensamiento ve la apropiación cultural como algo natural de la industria. Que en un mundo tan globalizado es inevitable no tener referencias de diseños preexistentes. Y que, si continuamos analizando y mirando bajo esta perspectiva limitaremos la creatividad, estancando así la evolución de la moda.

Respeto y acreditación 

Por otro lado, encontramos a aquellos que comentan que no es el hecho de que se inspire en otras culturas, sino la manera en que lo hacen. “Esta muy bien que haya colaboraciones, pero lo primero que te piden las comunidades es respeto” comenta en una entrevista con El Economista la senadora Susana Harp, una de las más ávidas defensoras de este movimiento en México. 

Es importante que exista esa búsqueda y apertura para involucrar a las comunidades dueñas de estas culturas en el proceso de diseño. Escuchar su punto de vista para lograr entender el significado de cada elemento y así lograr crear algo que sea respetuoso para su cultura.

Y ahí es donde entra la diferencia entre inspiración y apropiación cultural. Esa idea de colonialismo en donde el personaje externo llega a apropiarse de elementos ajenos sin consultar ni dar crédito o remuneración a quien es el dueño. Se debe darles el reconocimiento de su talento y valorarlos mediante el pago justo de su trabajo en la creación de estos objetos que usan su cultura con un fin lucrativo.

Hay un sinfín de casos en México. Por ejemplo, cuando Isabel Marant en 2015 lanzó una blusa inspirada en el huipil de las mujeres Tlahui o el poncho inspirado en los gabanes de Michoacán en su colección de Fall 20. También la colección Resort 20 de Carolina Herrera fue acusada de apropiación cultural debido a las prendas claramente inspiradas en los textiles del Sarape de Saltillo o los Tenangos de Doria. Tejidos que recientemente también pusieron a la firma Louis Vuitton en el ojo del huracán con su silla Dolls by Raw Edges. Y la hoodie de Michael Kors que es muy similar a una sudadera artesanal de jerga característica de la cultura mexicana.

Resulta imposible no tomar como referencia alguna idea o imagen que tengamos guardada en la memoria, es momento de dejar de romantizar la idea del diseñador todopoderoso. Hace cinco años durante #BoFVOICES Dries Van Noten dice que el proceso creativo consiste en incorporar diferentes elementos como capas que dan como resultado una creación nueva, única y diferente. “Para mí, otras culturas siempre han sido un punto de partida. Pero nunca tomo las cosas de manera muy literal”, menciona el diseñador belga.

Es importante tener este tipo de conversaciones dentro de la sociedad. Preguntarnos ¿qué es inspiración y que es apropiación cultural? Pero las opiniones que formemos deben de venir de un punto de vista informado y sustentado. Nosotros y las generaciones que vienen debajo tenemos el acceso a la información y debemos de hablar desde la razón y no la emoción. 

Con toda esta información de diferentes medios debemos de formar nuestra propia opinión. Y siempre seguir cuestionarnos las ideas establecidas por la sociedad pues es la única manera de seguir evolucionando y avanzar hacia un futuro mejor

La moda es un reflejo de la sociedad, su inspiración siempre vendrá de la sociedad misma.

XO

Sira

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