Desde la hermosa ciudad de Venecia, Pierpaolo Piccioli presentó la colección de Alta Costura Otoño 21 de Valentino. En donde la música, textiles y colores se fundieron en una majestuosa armonía.

Valentino es una firma que se ha caracterizado por el romanticismo que se infunde en cada una de sus colecciones. Desde su fundación la marca italiana se ha destacado por sus diseños ultrafemeninos en donde la naturaleza de los textiles como organza, tul y crepe de seda se transforman en hermosas prendas que celebran la belleza natural de las mujeres. Toda esta fantasía de romance, glamour y elegancia, bajo la dirección de Pierpaolo Piccioli ha transmutado en una utopía moderna donde la belleza cobra vida.



Pierpaolo se ha distinguido por su naturaleza desafiante y amor por romper las reglas, no de una manera irreverente sino para poder alcanzar nuevos límites. Pues el diseñador tiene claro que para lograr esta innovación es necesario entender y respetar la tradición. Es con esta mentalidad que Pierpaolo Piccioli ha creado y diseñado cada una de sus colecciones desde 2016. Un amante de las artes plásticas y el cine, cada una de sus colecciones son una conversación entre diferentes disciplinas donde el lienzo son las prendas de la colección. Pero esta relación entre arte y moda está más entrelazada en la colección Alta Costura Otoño 21 que en cualquier otra. Para la elaboración de las piezas el diseñador romano colaboró con 17 artistas plásticos. Para Pierpaolo esta amalgama entre arte y moda es contradictoria pues ambos mundos son totalmente opuestos, la moda está relacionada con el cuerpo y el movimiento lo que crea una limitante, pero el arte no tiene estas restricciones y es 100% libre. Esta oposición da como resultado una hermosa colección en donde el arte cobra vida a través del movimiento.

El Gaggiandre, situado en el Arsenal de Venecia, fue el escenario en el que Valentino presentó su colección Alta Costura Otoño 21 titulada Valentino Des Ateliers. Para este proyecto, uno que siempre ha estado cerca de su corazón y su mente, Pierpaolo ha invitado a colaborar e inspirarse mutuamente a diferentes pintores, cada uno de ellos con un punto de vista único. Entre estos creativos encontramos a Anastasia Bay, Katrin Bremermann, Maurizio Cilli, Luca Coser, Andrea Respino, Wu Rui, Alessandro Teoldi y Patricia Treib, entre otros. Este intercambio de ideas puede parecer de lo más común pues regularmente los mundos de la moda y el arte se consideran similares, pero en palabras del Director Creativo de Valentino “La moda no es “arte”, porque esta última no tiene ningún propósito fuera de sí misma, mientras que la primera siempre tiene un alcance práctico, una función, un uso”. Es por eso por lo que esta colección es un verdadero unicornio, un animal fantástico, en donde a través de las prendas se les otorga una tridimensionalidad a las obras de arte y al mismo tiempo la ropa cobra un simbolismo metafórico. Y es que la pintura y la alta costura son mundos paralelos, atemporales y que interpretan la belleza a través de las manos de los artesanos, costureros o pintores, donde las creaciones son testamentos de su época.

Es esta enigmática conversación entre arte y moda lo que dio vida a esta colección. Y el resultado es impresionante, pues cada uno de los looks nos obliga a mirarlos de cerca para poder apreciar la perfección de cada una de las prendas. Como una pintura, debemos acercarnos y alejarnos para realmente apreciar su totalidad y entenderla. Por ejemplo, el look creado en colaboración con el artista plástico Joel S. Allen, quien crea esculturas envueltas en fibra que imitan organismos. Aquí la creatividad de ambos da como resultados un vestido que nos brinda la ilusión de un Diente de León, en color blanco con toques rojos y negros en la raíz. O el vestido largo en el clásico rojo Valentino que a primera vista cuenta con patchwork de figuras abstractas en diferentes tonalidades rojizas, pero si miramos con más detenimiento nos damos cuenta de que estas formas no son aleatorias y realmente son figuras humanas, una clara referencia a la obra del pintor Alessandro Teoldi.



La colección de Alta Costura Otoño 21 representa una nueva manera de acercarse y entender la Alta Costura. Diseñar la colección con un colectivo de creativos derriba las limitaciones anteriormente impuestas y nos otorga posibilidades de resultados infinitos. Y es que solamente si aprendemos que al limitarnos y encasillar retrasamos la evolución y podemos llegar a estancarnos. Valentino ha aprendido cómo abrazar esta nueva actitud, se ha convertido en sinónimo de tradición e innovación, su estética ha conquistado a las nuevas generaciones sin perder su ADN. La actitud romántica tan arraigada en Valentino, hoy se transforma en elementos contemporáneos de creatividad, y modernidad, pero con la maestría de los más de 50 años del atelier romano.



Como cada trazo en una pintura, cada elemento de la pasarela estaba perfectamente curado, desde la voz celestial de Cosima, la paleta de colores de tonos joya en la ropa, el código de vestimenta blanco de los invitados y la puesta de sol en el horizonte. ¡El desfile de Valentino Alta Costura Otoño 21 fue magnífico, una sinfonía de alegría, optimismo, colaboración, arte, moda y belleza!
XO
Sira