¿Cómo definirías tu “estilo”? Esta palbra nos sigue todo el tiempo y nos hace preguntarnos por qué vestimos como vestimos.

“Estilo”. En el mundo del fashion hablamos mucho sobre el estilo. Es un término que escuchamos y leemos súper seguido. Podemos decir, en pocas palabras, que se trata de la esencia misma de la moda.

Durante muchos años, innumerables diseñadoras, modistos, creativas, costureros y directoras creativas han hablado sobre el estilo. Por ejemplo, Yves Saint Laurent dijo alguna vez: “La moda se desvanece, el estilo es eterno”, ofreciéndonos, con esta frase tan corta, un entendimiento muy amplio de lo que se esconde detrás de estas seis letras.

Para Dian Vreeland, el estilo era un modo de vivir la vida: “Te ayuda a bajar las escaleras. Te ayuda a levantarte por la mañana”, dijo. “Sin eso, no eres nadie. No estoy hablando de [tener] mucha ropa”. Estoy completamente de acuerdo (cómo no estarlo con ella): el estilo va más allá de las blusas que tienes o de cuántos zapatos guardas en tu clóset. En realidad, hablando de manera más amplia, el estilo no está única y exclusivamente vinculado a esta industria que tanto amamos (aunque sí es en el que me quiero enfocar hoy). Puedes tener estilo para cocinar, para bailar, para escribir, para… uf, para todo. Hasta puedes caer con estilo. Es, sencillamente, tu manera de hacer las cosas.

Personalmente, encuentro las palabras de Lauren Hutton muy esclarecedoras para entender más concretamente a lo que quiero llegar: “Moda es lo te ofrecen los diseñadores cuatro veces al año. Y estilo es lo que tú eliges”. Así de simple. Hablar de estilo es hablar de personalidad, de individualidad y, también, de transformación. Tu estilo crece contigo y se adapta y amolda a cómo te sientes, a lo que haces, a lo que dejas de hacer. No hay estilos correctos o incorrectos: esos términos no caben aquí.

“El estilo es algo que todos tenemos, todo lo que debemos hacer es encontrarlo”, dijo, con muchísima razón, Dian von Furstenberg. Mientras crecemos, vamos desarrollando un estilo, una manera propia de vestir, a partir de lo que nuestros papás nos compran, viendo lo que visten las cantantes que nos obsesionan, a través lo que nuestras amigas usan. Vaya, alimentamos nuestro estilo con todo lo que nos rodea: esta aproximación puede llegar a ser bastante experimental al principio, pero eso es lo divertido. ¿No te ha pasado que ves una fotografía de ti más joven y te preguntas por qué decidiste combinar esa falda con esas botas? O, al contrario, a veces quisieras volver a vestirte como hace algunos años. A eso me refiero cuando digo que el estilo crece y se desarrolla con nosotras. Es un reflejo de quiénes somos, o, a veces, de quiénes queremos ser. Es un lenguaje secreto que grita lo que a veces nosotras nos callamos, así como también refuerza todo lo que decimos.

Si me vieras en la oficina, te darías cuenta de que mi estilo se adapta a la situación en la que me encuentro: paso de los looks glamurosos de Instagram, de las alfombras y cenas, a conjuntos más discretos, adecuados para juntas y para imponer cierta presencia, porque eso es lo que quiero en el instante. Lo mismo pasa con mi estilo de mamá: es mucho más práctico, efortless, que cualquiera de los otros, porque ahí me visto nada más para mí y mis hijos. Aun así, aunque cada outfit sea distinto en silueta y colores, en estas distintas facetas

hay un Gran Estilo que las envuelve a todas, uno que define por qué cuando compro un blazer y un vestido de noche y una blusa sencilla, elijo una pieza por sobre otra. Es, digamos, como un movimiento artístico propio, que nos hace artistas de nuestro día a día. Así como, durante un tiempo, el cubismo dominó todas las obras de Picasso, nuestro estilo se apodera de nuestras distintas caras: la de deportista, la de maestra, la de emprendedora, la de hermana. De todas.

Si sientes que no tienes un estilo propio, quizá simplemente no has sido capaz de definirlo: incluso seguir tendencias establecidas es un estilo en sí mismo, me atrevería a decir. Échale un ojo a tu armario, a cómo combinas lo que tienes, a qué colores te gustan más y cuáles menos, qué cortes en la ropa prefieres usar, cuáles evitas. Si en esta exploración te encuentras con que te encanta lo que ves, ¡qué hermoso! Si no, nadie dice que no puedas experimentar y pasarla muy bien en el proceso (una recomendación personal sobre un estilo muy único y atrevido, basado 100 % en la confianza en uno misma, es el de Miranda Lorenzo, @mirandalaquemirayanda en TikTok).

Creo que esta vez ya estoy yéndome de largo, ¿verdad? Para ayudarte a construir tu estilo, o reforzar el que ya tienes, seleccioné piezas distintas que me encantaron, sin un hilo conductor en particular (como a veces suelo hacerlo), para que les eches un ojo (y si te gustan, las añadas a tu carrito). Quién sabe, tal vez descubras algo que te sorprenda (tanto en la ropa como en ti).

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